15 enero 2007

Pasarela Hollywood



El reciente estreno de “The Queen”, la película de Stephen Frears protagonizada por Helen Mirren, ha supuesto fabulosas críticas, premios y nominaciones a sus creadores y protagonistas y un inesperado pero no tan sorprendente resurgir de las chaquetas Barbour.

Al parecer cientos de clientes se han acercado a las diferentes tiendas de la marca, pidiendo “esa chaqueta que lleva Helen Mirren en The Queen”. Esa misma chaqueta la usa la verdadera reina de Inglaterra desde hace años, pero ha tenido que aparecer en pantalla en una superproducción de éxito para que saltara al top ten de las páginas de moda. Cosas de las películas.

Y es que, lo queramos o no, el cine y la moda van unidos de manera irremediable. Y ha sido así desde el principio. Primero fueron los rubios tirabuzones de Mary Pickford, la novia de América, los que impusieron su tiranía de tenacillas y rizadores, para, a continuación, ser sustituidos por la melenita oscura a lo garçon de Clara Bow, la chica It. Katharine Hepburn fue famosa, y bastante criticada, por implantar entre las mujeres el uso de pantalones de caballero y la cabellera platino de Jane Harlow multiplicó la venta de agua oxigenada durante años.

La ropa que llevan los actores y sus peinados, sin embargo, han tenido en ocasiones repercusiones sorprendentes y nada beneficiosas. En 1934, Clark Gable protagonizó una película llamada “Sucedió una noche” que ha pasado a la historia del cine por ser el primer film en ganar cincos Oscars en las cinco principales categorías: Película, Director, Mejor Actriz, Mejor Actor y Mejor Guión.
En su escena más famosa, Clark Gable se desnuda (de cintura para arriba) frente a la cámara preparándose para irse a la cama mientras no deja de decir sandeces para picar a su partenaire femenina, Claudette Colbert.
El rodaje de tan memorable momento resultó ser, cuanto menos, problemático porque, tras quitarse la camisa y llegado el momento de deshacerse de la camiseta interior, Gable era incapaz de seguir adelante con su parlamento cómico y la escena quedaba demasiado larga. El director, Frank Capra, siempre resolutivo él, optó por deshacerse de la camiseta y acortar así el strip-tease. Cuando la película llegó a las pantallas, miles de espectadores pudieron ver a Clark Gable quitándose la camisa para mostrar su pecho desnudo y como consecuencia, la venta de camisetas interiores descendió hasta el punto de que varios fabricantes de dicha prenda se plantearon la posibilidad de demandar a la Columbia, productora de la cinta, por daños y perjuicios.

La demanda no llegó a mayores y los fabricantes de camisetas interiores obtuvieron su revancha cuando años más tarde, en 1951, las ventas se dispararon de nuevo tras la interpretación de Marlon Brando en Un tranvía llamado deseo. Su personaje mostraba cacha y magnetismo animal embutido en una camiseta interior zarrapastrosa que no dejaba ni un solo músculo a la imaginación de los espectadores.

Otra de esas consecuencias inesperadas de la moda marcada por el celuloide vino de la mano de la rubia Veronica Lake. Icono sexual de los años 40, Lake era famosa por llevar su larga melena rubia sobre la cara de tal manera que su ojo derecho y gran parte del rostro quedaban ocultos tras una cortina de pelo. Ni que decir tiene que el peinado fue pronto uno de los más demandados en las peluquerías del país, pero durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un auténtico problema de seguridad nacional cuando miles de mujeres que trabajaban en las fábricas de armamento empezaron a tener todo tipo de accidentes laborales, trabajar con un ojo tapado no es muy recomendable cuando estás manipulando maquinaria pesada, y si además se te engancha el pelo cada dos por tres, la cosa adquiere tintes realmente peligrosos. El asunto llegó a tal extremo que la propia industria armamentística le dio un toque a los señores de Hollywood y a Verónica Lake no le quedó otra que protagonizar un noticiario de la Paramount en el que se la veía recogiéndose el pelo tras sufrir un “enganchón” del flequillo en una prensa mecánica.

Cosas del cine, como decía. Que los actores marcan moda, nadie puede negarlo, ahora bien, que marquen la moda que ellos o los productores o, principalmente, los patrocinadores pretenden… es harina de otro costal.

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9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Por favor no sabía que era tan peligroso peinarse a lo "Lake".

1:29 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

Sólo si trabajas construyendo bombas (al parecer)

1:30 p. m.  
Blogger General Gato said...

¡Hola! Enhorabuena por el regreso del blog.

Respecto del peinado, la moda y lo demás, siempre me he reído un tanto de las pelis de ciencia ficción al respecto. Sucede que cuando tratan de mostrar el "mundo del futuro" o "una galaxia muy, muy, muy lejana", a los protas siempre les ponen ropas "futuristas", pero el estilo de peinado es siempre el de la época: melena disco en los '70s, punkie en los '80s, marine boy en los '90s y ahora. A mi me chirría un tanto, cuando vuelvo a ver "La guerra de las galaxias" clásica del '77, tener enfrente a Luke Skywalker con una bata semigriega que con un poco de imaginación puede pasar por ropa alienígena, y encima de eso un peinadito kitsch que ya era arcaico en mis tiempos mozos. ¿Será que los alienígenas también tienen "onda retro"...?

Por cierto, abrazos y un Muy Feliz 2007.

2:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es lo que tiene el mundo de la farándula, que pone cosas de moda. Si no ¿por qué en nuestra piel de toro empezamos a llamar a cierta prenda de entretiempo "Rebeca"?

Un besote, Fridwul.

P.D.: Están cerca los Oscar, así es que me gustaría saber cómo diantres puedo formar parte de ese grupo de la APOIP, que nunca me entero. Más que nada para estar en la onda y proponer cosilias. Otro besote.

7:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Frid, para cuando el libro?
Porque que quieres que te diga, todo esto es entretenidisisisisisimo.
Sabia lo de Gable y Brando, pero no sabía que la chaquetita "The Queen" era absolutamente "In".
"Très Tendance"

¿Y si aparece un día Clooney con medias de rejilla en una peli... ?

10:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues gabachín de nuestros amores, se le arrancan introduciendo los dientes entre los agujeros d...
A lo que iba: Clons, me adhiero a la petición popular. Queremos libro. Nena, tú vales mucho.
Beso

2:16 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

¿¿Clooney con medias de rejilla??
Mmmmm. ¡¡Interesante!!

Debería haber añadido en el post que, evidentemente, que algo le quede estupendamente bien a George Clooney (por seguir con el modelo propuesto por el gabacho) no significa que le quede estupendamente bien al 99% del común de los mortales que son los que van luego corriendo a la tienda de turno a comprarse el modelito.

10:09 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Naaa, como mejor está Clooney es... visto desde Banco de España, que está doble y en tamaño ciclópeo, ¡¡ñam!!

8:50 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

Estoy de acuerdo, awake.

4:12 a. m.  

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