05 octubre 2006

"El Suceso"


Durante los 37 años que transcurrieron desde aquel Viernes Santo de 1958 en que su hija apuñaló a su novio, hasta el día de su muerte, siempre se refirió a ello como “el suceso”.

Aquella noche de Viernes Santo de 1958, la de “el suceso”, era la noche en que Lana Turner por fin iba a terminar su relación con Johnny Stompanato. Harta de sus escenas de celos, sus broncas, sus palizas y sus amenazas, había decidido tomar cartas en el asunto y dar por finiquitada una relación que se había convertido en pesadilla en tan sólo unos meses.

Stompanato había llegado a su vida menos de un año antes haciéndose llamar Johnny Steele. Alto, guapo, cachas, poco a poco fue convenciendo a la actriz a base de flores, llamaditas y regalos hasta que empezaron un apasionado y secretísimo affaire.

Para cuando Lana Turner se enteró del verdadero nombre de su novio y de su profesión –guardaespaldas y machaca de Mickey Cohen, el mafioso local- ya era tarde, su atracción hacia él era demasiado fuerte.

Sin embargo, algo de sentido común debía de quedarle porque intentaba evitar a la prensa en la medida de lo posible.

Poco segura del futuro de semejante relación, decidió aprovechar su viaje a Londres para rodar Brumas de Inquietud –Another time, another place- junto a Sean Connery y poner distancia de por medio. Lana estaba convencida de que Stompanato aprovecharía su ausencia para buscarse a otra mujer a la que sablear, sin embargo, una vez en Inglaterra le entró la morriña y decidió llamarle para que la acompañara. Allí comenzaron todos sus problemas.

Stompanato, hombre violento y muy celoso, empezó sacándole una pistola a Sean Connery, convencido de que entre él y su novia había temita, y siguió dándole una paliza de muerte a la Turner hasta que a ésta no le quedó más remedio que llamar a las autoridades, denunciar que su novio había entrado con pasaporte falso –el que le identificaba como Johnny Steele- y hacer que le deportaran.

Muerta de miedo, una vez que hubo terminado la película, la Turner decidió darse un respiro y volar directamente a Acapulco para descansar, pero Stompanato se le adelantó. Cuando aterrizó en Méjico allí estaba él esperándola, con un enorme ramo de flores y una nube de periodistas para inmortalizar el momento.

En Méjico continuaron las palizas y las amenazas, que sólo empeoraron a su regreso a Los Ángeles cuando la actriz, nominada por su papel en Peyton Place, le comunicó que no pensaba llevarle de acompañante a la ceremonia de entrega de los Oscars. Llevó a su hija y a su regreso a casa se llevó de regalo otra monumental paliza de un muy resentido Stompanato, al que no le había quedado más remedio que ver la ceremonia por la tele y en compañía del servicio.

Todo esto es lo que sucedió antes de aquella noche de Viernes Santo de 1958. Noche en que Lana Turner, harta de escenas de celos, broncas, palizas y amenazas, decidiera terminar su relación con Johnny Stompanato, mafiosillo de tres al cuarto y gigoló cuasi-profesional.

Como es de suponer, Stompanato no se tomó nada bien la noticia y trató de convencer a su novia de que cambiara de opinión. Trató de convencerla, como hacía siempre, a base de gritos, puñetazos, amenazas… la cosa debió de ser bastante más violenta de lo habitual, porque Cheryl, la hija de Lana Turner, intentó entrar varias veces en la habitación de su madre para separarlos. La puerta estaba cerrada y Lana, creyéndose las amenazas de Stompanato de que después de rajarle la cara a ella iba a ir a por su madre y su hija, no la dejó entrar.

En vista del panorama, Cheryl bajó a la cocina y se pertrechó con un cuchillo de trinchar carne. Mientras tanto, en el dormitorio, Stompanato había recogido sus cosas, sin dejar de decirle lindezas a la Turner, por supuesto, y se disponía a salir de la casa. Lana Turner abrió la puerta de la habitación, Cheryl, que seguía muerta de miedo pensando que su madre estaba siendo asesinada, entró y le clavó el cuchillo directamente en el pecho. Con el barullo del momento, confundió las perchas que Stompanato llevaba en la mano con algún tipo de arma y pensó que estaba atacando a su madre.

Tras una minuciosa investigación y tras la vista forense, convertida en un auténtico circo de tres pistas con retransmisión en directo y actuación lacrimosa de Lana Turner incluida, la fiscalía decidió no presentar cargos contra Cheryl Crane y etiquetaron la muerte de Stompanato como homicidio justificado.

Cheryl Crane se fue a vivir con su abuela y Lana Turner siguió con su vida despendolada casándose cuatro veces más (en total, ocho bodas y 7 maridos).
Madre e hija tardarían años en reconciliarse.

La muerte de Johnny Stompanato sacudió los cimientos de Hollywood y conmocionó a la sociedad de la época, siempre ávida de carroña, por lo dramático de sus ingredientes: rutilante estrella del cine, hija adolescente incomprendida, novio violento y peligroso, abusos, amenazas, palizas…
La historia dio lugar a mil teorías y leyendas, la más popular de ellas: que fue Lana la que empuñó el cuchillo aquella noche y obligó a Cheryl a autoinculparse a sabiendas de que ningún tribunal condenaría a una adolescente de 14 años traumatizada y aterrorizada.
El hecho de que la policía tardara varios días en anunciar los resultados de su investigación tampoco ayudó a acallar las miles de especulaciones que se leían en la prensa y se oían por la calle.

Un caos que a punto estuvo de costarle la vida a un pringadillo Sean Connery. La pandilla de Stompanato, tan confundida con las noticias como todos los demás, convencida de que había habido juego sucio y sospechando que tal vez Stompanato tenía razón cuando pensó que entre su novia y el escocés había algo más que trato profesional, puso precio a la cabeza del actor, que no tuvo más remedio que esconderse en un hotelucho de mala muerte bajo nombre ficticio hasta que las aguas se calmaron lo suficiente para dejar de temer por su pellejo.

Y así fue como Johnny Stompanato, marine, veterano de guerra, chantajista, gigoló de tres al cuarto, y matón de la mafia, acabó entrando en la crónica de Hollywood, en la crónica negra, sí, pero crónica al fin y al cabo.

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12 Comments:

Blogger IVAN REGUERA said...

Eso de la percha no me lo creo. Y lo que daría por ver 'Brumas de Inquietud'...

12:45 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

"Brumas de Inquietud" es una peli curiosa. Con demasiadas deudas a pelis anteriores, todo sea dicho, pero curiosa, no desmerece demasiado, o al menos no en mi recuerdo pero la vi hace muchos años.

12:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muchas veces envidiamos la vida de los actores, el mundo de la farándula... pero la verdad es que detras del glamur hay, en ocasiones, auténticas desgracias. Si me pusiera a contar los actores y actrices a los que la incursión temprana en la droga les ha segado la vida no me quedarían dedos en las manos. A mí también me gustaría ver "Brumas de inquietud", a ver qué cara pone Lanra Turner: no debió de ser un rodaje fácil para ella.

5:47 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

PUes no sé qué decirte, Nacho, la Turner tenía fama de pirrarse por todo aquelló que marcara paquete y tuviera cuatro músculos bien puestos, los técnicos la temían. Así que, palizas aparte, imagínate lo bien que se lo debió de pasar rodando con un Sean Connery jovencito y en plena fase culturista. Pufff.

5:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Joder con la Lana... Seguro que no usaba prendas de Lana virgen... (sí, ya sé que es un poco malo).

7:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ella misma dijo que su vida era una sucesión de urgencias,.....y mare q clase de urgencias¡¡¡¡¡

9:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

por cierto q como me has dejado con curiosidades he estado buscando cositas sobre el tipo y sabías que fue funcionario del gobierno en China¡¡¡

9:34 p. m.  
Blogger fridwulfa said...

Sí, justo después de la II Guerra Mundial.

10:58 p. m.  
Blogger Awake at last said...

Me encanta la cara de la Turner en la viñeta, XD (la historia la conocía, pero ni mucho menos con tanto detalle, eres una enciclopedia con patas, xiqueta)

12:23 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias Awake at last
/leandro.

4:01 a. m.  
Anonymous Enteraílla said...

Lo cierto es que se rumorea que fue Sean Connery, que se beneficiaba a Lana Turner e intentó lo mismo con su hija Cheryl, el que apuñaló a Stompanato, al intentar éste defender a Cheryl de los pretendidos abusos del escocés. Parece ser que, a pesar de ser consciente de que la chica era una bollera de concurso, Sean se empeñaba en acosarla, vestido con el kilt (falda) escocés y empuñando su gaita mientras la arrinconaba por los pasillos. Luego, entre todos, decidieron echar la culpa al pobre ganster de orígen italiano, lo cual, visto lo visto, parece que les salió bien. Incluso, Connery se enchufó a los pocos años de 007, y ya no paró el tío hasta hace unos pocos años, cuando se dio cuenta de que ya no controlaba los esfínteres en los rodajes. Todo esto está profusamente acreditado en informes celosamente archivados en la universidad de Des Moines (Iowa). De nada.

8:21 p. m.  
Blogger Mario said...

Me interesa lo vinculado a las películas y todo lo que se encuentra en relacion con el cine. Por eso trato de saber las noticias y enterarme de cosas que suceden en dicho ambiente. A través de mi samsung smart tv suelo ver muchos programas y películas que hablan de la vida de los famosos

2:15 a. m.  

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